Entre las consecuencias, creo que el fomento de la esclavitud es el mayor de los problemas.
El crecimiento de la inmigración, ilegal, específicamente; se debe a la desesperación en los países de origen frente a la incapacidad o poco deseo de generar vías de prosperidad y así mismo a la explotación abusando esa situación para disfrazar esclavitud bajo la bandera de la caridad.
La forma como debería de ser tratado este asunto es obligando a los que hagan uso de inmigrantes ilegales a que, o velen por su integración al medio legal o se sometan, estos empleadores furtivos; empresas e individuos; al rigor de la ley.
Los inmigrantes ilegales ofrecen en la mayoría de los casos, mayor o igual deseo de superación que muchos de los ciudadanos legales o de nacimiento. Aquel que no presente deseos de superación, pues creo que se le puede considerar ‘calificado’ a ser deportado.
Lo que es importante es que se elimine el incentivo a una mejor vida, cuando no la es, o una mejor ganancia, cuando es simplemente furtiva. Muchos millones de dólares son regularmente enviados por estos ‘ilegales’ a sus tierras de origen, al punto de ser importante contribución al fisco de estos países, lo que aumenta el escándalo, ya que esa fuerza de puje económico, se está vendiendo a la esclavitud en el extranjero, perdiéndose la oportunidad de generar prosperidad localmente.