¿No es posible encontrar el fin en esta campaña de destrucción?No es solo los bebes asesinados a diestra y siniestra en nombre de... ¿Que? Solo de la muerte, del cuerpo de los santos inocentes siendo masacrados y de las mujeres que encuentran en la fauces de legisladores extraviados en sus propios ideales políticos, un escondite para justificar su maldad.
El sistema europeo, está viniéndose abajo en precipitosa caída libre y las razones puede que sean todas económicas, pero son también porque se ha cultivado una ilusión y es que el ser humano puede realmente poner aparte a Dios y buscar algún destino digno de encontrarse. Pareciera que el enfoque total del sistema europeo, de un tiempo a esta parte, no ha sido sino de 'asegurar' su separación de la ineludible raíz cristiana. En la economía la idea de ignorar la verdad está mostrándose nefasta. En la realidad social no es muy diferente y hasta quizá peor, porque la vida se ha puesto al servicio de un paquete de élites llenos de excusas para los fracasos en sus pensamientos y todas orientadas a destruir lo que Dios nos a dado dones, incluida nuestra propia dignidad de seres humanos creados a Su imagen y semejanza.
El aborto no es un derecho y no es una elección, es un crimen, porque destruye una vida y peor aún, la vida mas inocente de todas, la de los no nacidos, aunque en otras partes ya lo hace con los recién nacidos y hasta no se sabe cuanto mas.
En Estados Unidos, se están ya viendo casos de madres jóvenes que buscando sus 'vidas' perdidas después de tenerse que hacer cargo de sus niños nacidos, los matan o esconden o pierden y esperan que la sociedad sancione aquello como pues un aspecto de liberación de la mujer.
El mundo entero necesita sacudirse de esa peste de elitismo que plaga la sociedad y que está destruyendo nuestra relación con Dios.
Somos humanos y lo somos porque Dios nos ha creado así. Cambiemos pues la brújula en dirección a la vida y digamos NO MAS al aborto y NO MAS a la eutanasia y confrontemos juntos tantos otros problemas producto de tanta ilusión idealista volviendo nuestra mirada a Cristo y nuestros cinco sentidos a Su verdad, amor, humildad y perdón... con fe, esperanza y caridad.
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