Cuando Jesús volvió a Cafarnaún, corrió la voz de que estaba en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a la puerta. Mientras él enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a un paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte del techo, encima donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te quedan perdonados". Algunos escribas que estaban allí sentados comenzaron a pensar: "¿Por qué habla ése así?. Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?". Conociendo Jesús lo que estaban pensando les dijo: "¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil decirle al paralítico: "Tus pecados te son perdonados" o decirle: "Levantate, recoge tu camilla y vete a tu casa?" Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados -le dijo al pralítico- Yo te lo mando: Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa". El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: "¡Nunca habíamos visto cosa igual!"
Sunday, February 19, 2012
¡Ojalá fuera yo como ese paralítico!
Cuando Jesús volvió a Cafarnaún, corrió la voz de que estaba en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a la puerta. Mientras él enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a un paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte del techo, encima donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te quedan perdonados". Algunos escribas que estaban allí sentados comenzaron a pensar: "¿Por qué habla ése así?. Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?". Conociendo Jesús lo que estaban pensando les dijo: "¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil decirle al paralítico: "Tus pecados te son perdonados" o decirle: "Levantate, recoge tu camilla y vete a tu casa?" Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados -le dijo al pralítico- Yo te lo mando: Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa". El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: "¡Nunca habíamos visto cosa igual!"