(recibido por correo-e)
Los lugares de diversión en Lima en el siglo
XIX no eran pocos. Ademas de las huertas, donde por un módico precio
se podía ingresar para pasear y comer todas las frutas que se
pudieran, había también locales con juegos diversos, donde las familias
pasaban momentos de solaz. Uno de ellos fue el Tívoli Francés del Jr.
Moquegua.
En un aviso de 1895, este negocio promociona
su elegante carrusel de 54 asientos. Además, 24 juegos de
sapos, 2 de bochas, 1 de palitroque, 1 galería de tiro al blanco de
25 metros para carabina, pistola de salón y revolver.
Tenia también otros salones y glorietas para las familias. En
el comedor, se vendían lunchs variados a toda
hora. Atendían todos los días hasta las 11 de la noche.
Promocionaban el servicio de banquetes desde
10 hasta 1000 cubiertos, en sus amplios salones ó donde el cliente les pidiese
llevarlo. Ofrecían con el, los vinos y licores más exquisitos,
a precios "sumamente moderados", según el aviso. En sus
amplios jardines, confeccionaban guirnaldas y obras de flores de toda
clase, para cualquier decoración.
Dice el anuncio
que también vendían adobes por millares, de variadas dimensiones
y a "precios moderados". La dirección que consignan es Calle de
Moquegua 147.
El Jardín
Tívoli Francés cerró a fines del siglo XIX, y sus amplios terrenos
fueron comprados en remate, por los jesuitas para edificar en su lugar el que
seria el Colegio de la Inmaculada, local que hoy es ocupado por la Universidad
Federico Villareal, en la Av. Nicolas de Pierola.
Fuente : Lima La Antigua
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