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Saturday, June 4, 2011

Pst… Ollanta Humala se muda al centro


No, no espero que Ollanta Humala gane la segunda vuelta de mañana y menos aún, espero que tenga algún margen que lo incite, por no decir, invite; a tratar nuevamente en cinco años.
Lo que pasa, es que se nota en números cada vez más alarmantes, peruanos que consideran que porque Ollanta Humala ha dicho, como si todo lo que él dice fuese… que se ha mudado al centro, presumiblemente desde su anterior posición, aquella tan de izquierda radical en la cual llamaba por la revolución y la lucha de clases y la predominancia de unas clases sobre otras y bueno, en fin, al peruano no le gustaba eso, y entonces la jeringa tiene que entrar ‘suavemente’ porque así, duele menos… mientras que la droga es la misma.
A los niños les solía espantar la vacuna, porque era aplicada como inyección y claro, dolía, y luego pues se inventó la gotita en la boca y pues a vivir todos felices.

Para que exista el centro, tienen que existir los extremos y más aún, hay que definirlos, como tales y plantearlos, como extremismos. Por supuesto que esos extremismos están planteados en la escena política como izquierda y derecha.
A la izquierda se le dibuja como ese extremo que solo vela por los trabajadores y en la que a los trabajadores solo se les permite siquiera opinar, siempre y cuando no alteren las bases de lo que las élites dictan como doctrina. Desde luego que la extrema izquierda se pone en manos de aquellos que muestran rasgos de ‘fracaso’ en sus relaciones  publicas, porque muestran el desastre de la posición de ese lado de la ecuación.
A la derecha, normalmente se le pone a todo aquel que está en contra de lo que las élites de izquierda dicen o predican y que no necesariamente hacen, porque como se dice, ellos ‘son muy importantes para sufrir lo que el pueblo sufre’.
Cuando se habla de centro, naturalmente no se puede ni rozar la derecha, porque de otra manera, se estaría si acaso, marginalmente, yendo contra los sentimientos tan sacrosantos de las élites y eso no se le permite ni siquiera a los de extrema izquierda.
De tal manera que estar en el centro, así sea el estar un poquito hacia la izquierda, el potencial es que se esté realmente del todo, porque solo uno de los dos extremos acepta mas de una manera de pensar y que es la definida por la libertad del individuo de gozar de los dones que El Espíritu Santo nos ha dado, porque los seres humanos no so libres por virtud del estado sino por regalo de Dios y es por eso que somos responsables por el uso de nuestra libertad frente a Dios y no para con ningún poder elitista cual disfrazado se halle.  
Es muy conveniente entonces para Ollanta Humala el pintarse al centro y a propósito, solo su contrincante, Keiko Fujimori, representará la corrupción porque… pues a su padre se la ha acusado y condenado por ello y pues… ¿Qué más?
Sucede que en la historia de la humanidad, es la tendencia izquierdista en la que ha germinado la corrupción más que en ningún otro sistema, excepto por supuesto en aquellos en que se viva tiempo de guerra. La razón es muy simple, y es que el ser humano es débil y pecador y es por eso que está directamente responsabilizado ante Dios por el abuso o mal uso de su libertad.
La reacción inmediata será por reclamar que los regímenes de Hitler or hasta de Franco o Mussolini, eran en realidad de extrema derecha y que sus niveles de corrupción eran tremendos…
Pero tendremos entonces que establecer mejor los extremos y pongamos esta perspectiva en términos diferentes porque si estos regímenes fueran de extrema derecha por encontrarse en contraposición de la izquierda que dice que le pertenece a los trabajadores pero que está en las manos de la élite, lo que estos representan no es sino un grupo que se opone al marxismo como doctrina.
La verdadera definición de extremos está entre el colectivismo y el individuo, o más precisamente dicho, la sociedad en donde el individuo es un peón  de la sociedad, en cualquier de sus aceptaciones, ajedrecista, laborar o social, o es realmente el dueño del sistema gobernante.
Al lado colectivista se encuentran en este caso la izquierda y la derecha, según lo propone la izquierda, porque proponen ambos al estado como no solo el director de todo sino el único capaz de gobernar, desde las élites por supuesto. Al otro extremo están los que creen en que el individuo es libre y responsable por sus propias decisiones y que ve al estado como algo limitado a sus funciones administrativas y con el único y exclusivo mandato de proteger la vida y la libertad de las personas, la dignidad humana. Dentro de esa premisa, el individuo reconoce al pecado como una ofensa a Dios y no al ser humano, lo que es el caso en el colectivismo en el cual, no se reconoce el pecado sino lo que la élite encuentra conveniente por el momento para limitar al individuo. El individuo por supuesto no tiene voz ni voto puesto que la democracia no es sino una expresión de los deseos de las masas o mejor puesto, de las mayorías, y si esto no aparenta ser aceptable, entonces de las minorías, para que no sean ‘marginadas’.
Pero regresemos a esa movida al centro de Ollanta Humala…
La política propuesta por Ollanta Humala, se propone antes, mas como aquella del fascismo, luego como marxismo y finalmente como nacionalismo, pero en todas sus imágenes esta no es mas que un espejismo político dentro del mismo carácter colectivista de su posición política, porque no es el individuo el que gana, arriesga o pierde y paga o goza de su creatividad, iniciativa o imaginación, sino que es el estado el que decide, por el individuo y sacándolo del medio, por lo que es ‘bueno’ o ‘malo’ para el individuo.
No existe pues ese ‘centro’ que vende tanto pero que contiene nada diferente, puesto que lo único que realmente hay, es colectivismo o individualidad.
Muy a propósito hago hincapié en el termino individualidad opuesto a individualismo ya que individualidad es el poder del individual la democracia real y genuina, en la cual el gobierno es mínimo en tamaño y alcance y limitado por la ley, una ley desde Dios, simple y accesible a todos, en donde todos somos iguales frente a Dios y a la ley pero diferentes entre nosotros.
El individualismo por su parte, es sino una consecuencia del colectivismo, porque pone al individuo en una posición egoísta de esperar del estado algo que lo hará en el mejor de los casos evadir la responsabilidad que tenemos todos frente a Dios de crecer y multiplicarnos bajo Su ley.  
Espero haber contribuido en algo a aclarar en la mente de aquellos que ven en el centro algo en donde Ollanta Humala podrá, transformado, ser aceptado para asimismo convertir esta primavera de desarrollo del Perú a simplemente una fase más de esa corrupción que a tantos ahuyenta o aleja del voto por Keiko Fujimori.
Finalmente creo que es propio el mencionar esa corrupción que asusta a tantos y creo que simplemente puesto, y repetido, porque la corrupción tan terrible que es, es producto del ser humano como individuo, desde abusar a los empleados domésticos hasta pasarse la luz roja o coimear. Frente a esa idea que podría presentarse de que si la corrupción está en el individuo, entonces controlar al individuo es lo que se necesita, pensemos en que es mucho menos posible la corrupción generalizada cuando esta es granular esta se hace más remota y hasta imposible, mientras que en el colectivismo, es casi inevitable ya que toda la sociedad se vuelve corrupta en favor de los deseos de la élite.
La disyuntiva, la verdadera y única elección es pues entre el colectivismo, representado por Ollanta Humala y el poder para el individuo, representado por Keiko Fujimori, y la única avenida posible para seguir la línea de progreso que viene desde… Alberto Fujimori, es pues votar por Keiko.
Solo el peruano salvará al Perú!