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Saturday, November 22, 2008

El problema real es egoísmo

Ante las circunstancias actuales, donde observamos que la situación financiera se torna cada vez más critica, y el desempleo ronda y amenaza…

Aparentemente mientras que el costo de los combustibles se viene abajo, y los impuestos, particularmente el de la renta, continúan aumentando; el costo de vida, sin embargo, parece permanecer incólume o mas bien en incremento.
Los tiempos actuales siempre son una culminación de los que los preceden aunque no necesariamente en lo inmediato.
Es importante entender que desde que el mundo es mundo, es que la humanidad se ve amenazada por situaciones de crisis, amenazas, retos y catástrofes, con excepción de los fenómenos naturales sobre los cuales nadie tiene control sino Dios; todas ocasionadas por acciones o decisiones de los mismos seres humanos. No hay nada nuevo respecto a la situación actual pues como para suponer o anticipar algún tipo de fin cataclismito de ninguna magnitud. Hemos sido advertidos una y otra vez y por el mismo Jesus, que el fin vendrá sin ser reconocido por lo que es de primordial importancia el estar alerta.
Lo que si se nos pronostico es sobre la importancia del amor y de la verdad como vehículo de la salvación.
Sin embargo desde tiempos ancestrales, mas claramente, desde el principio; y antes de la humanidad misma, el mal se hizo notar en la figura del Satanás o el ángel Luzbel o como fuese conocido después; Lucifer. Su aparición es notable debido a su muestra de egoísmo al dejarse llevar por su arrogancia y pretender ser más que Dios. El egoísmo pues mostró su presencia desde el principio y lo que es válido hasta nuestros días, como la personificación del mal y del pecado.
El mundo ha pasado por mil revoluciones y transformaciones y muchas de estas han sido consecuencia, como lo son la mayoría de las guerras, de los falsos dioses representados por el egoísmo humano. Incidentemente, el egoísmo es asimismo la causa de la despersonificación del ser humano ya que tiende a considerar al prójimo como carente de individualidad, dignidad y de hasta una identidad. El egoísmo es el que hace que una persona busque soluciones a problemas causados por propia iniciativa o decisión, en otros o a costa de estos. Esto no quiere decir que se deba de evitar el buscar consejo, pero si de que si de que se debe de asumir responsabilidad.
El ser humano nace libre porque ha sido creado así, por Dios, su único creador, a Su imagen y semejanza, por lo que tiene dignidad e identidad.
Esa libertad del ser humano no viene gratis y más bien esta íntimamente asociada con la responsabilidad por el ejercicio de la libertad.
Los criminales y los santos eligen libremente y ambos tienen que vivir con las consecuencias de sus decisiones. Por tanto, el ser libre no es un derecho sino un don de Dios y la responsabilidad no es sino nuestra relación con Dios.
El mundo no cambiará, porque es una consecuencia del pecado original. Esto incluye todos los penares y sacrificios a que estamos sometidos y que debemos recibir y afrontar en el mejor espíritu. Es cuando tratamos de distraer nuestras obligaciones hacia aumentar las de otros, cuando entramos en falta, es cuando tratamos de ignorar nuestra conducta justificándola solo ante nosotros mismos ignorando los mandamientos de Dios en que entramos en falta. Es lo que hace la esencia del egoísmo. Es lo que hace del egoísmo la antitesis del amor.
El ser humano, pese a todas las insistencias de la intelectualidad, no es mas inteligente que antes en cualquier momento de la historia, conoce más, pero no es más inteligente. Ciertamente existen anomalías que hacen de determinados individuos menos capaces de discernir claramente o rápidamente, o tan rápido como otros. Eso no los hace menos seres humanos o inferiores, sino merecedores de nuestro amor. El concepto de que nuestra epoca posee en la generalidad, gente más inteligente que antes, es una irrealidad tan grave como la que aduce que el mundo se ha creado solo, sin intervención de Dios.
La historia se ha visto plagada por individuos que persiguiendo solo el favor propio, lo cual con frecuencia se perfila como el buscar el bien común o con ‘buenas intenciones’ , ha ocasionado serios desastres en las vidas de muchos seres humanos y hasta de otros seres inferiores en la creación.
La historia asimismo nos ha mostrado episodio tras episodio en donde se ha pretendido ‘mejorar’ la historia y el futuro, solo para ahondarse en esa negación de la humanidad hacia la satisfacción del individuo y en busca de esto solo. Particularmente desde la creación de la Iglesia por El Espíritu Santo en Pentecostés, esta ha sido materia de ataques, cismas y los mas descabellados atropellos y gente santa ha sido masacrada y abusada, asesinada y robada, en el nombre de buscar un mundo mejor, pero no un ser humano digno de Dios. Una y otra vez, la Iglesia ha resurgido, tal cual lo ofreciera Jesus, la Iglesia será eterna.
Desde los cismas hasta la reforma y las revoluciones en nombre de la razón y de la ciencia o de la luz, nada ha logrado sino fortalecer la Iglesia y la misión que esta conlleva. La esencia de los ataques contra la Iglesia de Cristo esta en el egoísmo que se ha constituido en la explotación a través de una idea comunitaria divisada como de igualdad, del ser humano mientras se fomenta su egoísmo hacia los beneficios exclusivos del individuo. Esta maldad se traduce en lo que es comúnmente reconocido como colectivismo.
El colectivismo pues es el epitome del egoísmo ya que promueve el individualismo, negando al individuo su identidad, individualidad y dignidad ya que todo se pone en contra del único individuo que cuenta, el yo, el ego, lo mío.
El colectivismo esta representado mundialmente en la corporación llamada Internacional Socialista, de la cual son miembros la mayoría de las agrupaciones políticas socialistas, instituciones mediáticas, amen de una serie de oficinas no-gubernamentales. El objetivo de la Internacional Socialista es el domino global.
En los últimos años, en retrospectiva, mucho antes de los gobiernos actuales, pero a raíz de la caída de la Unión Soviética; el colectivismo ha sido paulatinamente reintroducido, después de haber sido por los últimos dos siglos, implantado en la mente de la juventud como la respuesta ideal a todas las vicisitudes de la vida, muy particularmente frente a lo terrible de las dos guerras mundiales y la guerra de Vietnam. La forma ha sido en la explotación del egoísmo y de su patrocinio como la única solución para el mundo.
El colectivismo no reconoce sus errores, los acepta, pero no como errores, no de su filosofía desde luego, sino de alguien más que de alguna manera no hizo exactamente lo que se suponía y que no es o era colectivista, la excusa siempre será válida, siempre y cuando el colectivismo siga en pie.
El colectivismo utiliza cualquier situación aparente para su propósito de incitar a la rebelión contra cualquier institución. De esta forma, ha logrado penetrar en lo más profundo de la fibra social poniendo en peligro la misma institución. De esta forma ha penetrado el matrimonio inicialmente imponiendo el voto femenino en su camino hacia el feminismo, luego volviendo a los hijos contra los padres reduciendo la edad de los votantes. Mi clamor no es contra el voto femenino sino contra el feminismo, especialmente sin feminidad.
El colectivismo, no tiene integridad moral y por tanto utiliza cuanto este a su alcance para lograr sus objetivos de dominio. Es así que se alía con la mafia para mantener la Unión Soviética dentro de la imagen utópica del comunismo por setenta años o mantiene a regimenes como el cubano o el sur asiático casado con el tráfico de drogas.
Las circunstancias actuales son nada más que una consecuencia de lo que la Internacional Socialista ha maquinado en su camino al gobierno global a través de las Naciones Unidas. Para esos efectos está confiando en imponer como nuevos ‘derechos humanos’ la sodomía y el asesinato de los bebes en el vientre o recién nacidos, no importa, todo en el nombre del egoísmo y en función del dominio, la esclavitud del ser humano.
No es pues sorprendente que frente a la supuesta crisis económica de nuestros tiempos, se ofrezca ‘rescate’ a instituciones financieras ‘victimas’ de su propio desfalco, a su vez utilizando el dinero del público mientras que se sigue negando al individuo y su familia la habilidad de prosperar debido precisamente a las altas e irracionales tazas impositivas.
Mucho se puede decir de aquel que abandona todo para ‘triunfar’, como el ejemplo de comportamienot, mientras que aquel que opta por mantenerse en familia y trabajar por el sustento de ellos, los miembros de su familia, y amar a su mujer e hijos; tiene que ver sus ingresos drásticamente reducidos para mantener un sistema que simplemente, no funciona. Y la única palabra que lo dice todo es: egoísmo.