La navidad, desde el punto de vista que se le vea, celebra el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, la venida de nuestro Salvador, nacido de María siempre Virgen e Inmaculada, en un portal de Belén, el Mesías, hijo único de Dios padre, el único Dios vivo.
Es imposible celebrar la navidad y poner de lado al niño Jesús u olvidar el evento de su nacimiento y concepción por parte del Espíritu Santo, cualquier desviación de la verdad de Su divinidad, implica de inmediato el alejarnos de la realidad sobre su presencia, su encarnación y la verdad sobre su misión entre nosotros.
Si un niño o niña naciesen en la misma fecha del 25 de diciembre, no deja de ser aquel el día de su onomástico y aun así no deja de ser la celebración del nacimiento de Jesús, de la Natividad del Señor, da de paz y esperanza universal.
Se dice que el 25 de diciembre es elegido como celebración de la navidad desde la celebración pagana de los romanos de la fiesta de las luces e incesantemente se debate su validez, perdiéndose el punto fundamental de la celebración que es el nacimiento del Redentor, del Mesías que nos trae la salvación. ¿Qué momento en la historia de la humanidad puede ser de mas motivo de celebración?
Asimismo, con la llegada de la edad moderna, de los filósofos y enciclopedistas, de los revolucionarios y del razonamiento; con el afán de agradar a otras culturas o sentimientos religiosos o de simplemente degradar el sentido de la fiesta, en un despliegue de cobardía, se trata de imponer en diversos círculos el celebrar una fiesta abstracta y sin un significado particular y el resultado es exclusivamente nada mas ni nada menos que una idea absurda de impulso hacia el comprar vender sin motivo ni necesidad. Los romanos celebrando su festival de las luces otorgaban mas sentido a su fiesta que la que el neo-paganismo del relativismo actual trata de otorgar.
Esta es la fiesta de Cristo Jesús y es el llamado a todo ser humano a celebrar su fe en el presente, su esperanza en el futuro y el amor universal. Es lo que es Jesús, verdad pura y absoluta y amor intenso e inmaculado y por tanto es anhelo de la humanidad entera.
